sábado, 11 de abril de 2009

Jorge y Javier

Sí, fue ayer once de abril. ¿La hora? Habrán sido las nueve, tal vez un poco más no se. Yo llegué a esa hora y el ya estaba parado en el balcón un poco atontado, dijo algo que no entendí y de repente se lanzó. Sí yo vi como pasó.

El interrogatorio parecía no tener fin. Yo sudaba de la incomodidad, hasta de las nauseas de tener que haberlo visto así.

Yo se que pasaba por un mal momento, la verdad no me sorprende tanto. Le ofrecí toda la ayuda financiera posible y él la seguía rechazando, era muy orgulloso. Creo que la verdad nunca lo apoyé como debía, siempre fuimos muy unidos pero había temas que nos costaba tratar. Le afectó mucho la muerte de su hijo, murió hace unos meses en un accidente de tránsito. Poco después lo acusaron de matar a su esposa, yo sabía de sus problemas maritales pero nunca lo creí capaz, hasta ahora creo en su inocencia. ¿Como sabía qué iba a hacer? Mire, me llego este mensaje a las 20:03 llegué lo más rápido que pude, habrá sido el trafico no se. ¿Es todo? Me alegro, estoy muy conmocionado. Sí, si, iré a un medico de inmediato. Había terminado de declarar.

La policía estaba perpleja. Concluyeron que había intentado, fallidamente claro, otros métodos antes de caer por el balcón. Primero había intentado ahogarse a sí mismo, eso lo explicaba la bañera llena de agua y rebalsada en todo el piso del baño. Después, frustrado por la imposibilidad humana de ahogarse a propósito, debió querer torturarse antes de morir y se auto incinero. Suponen que como acto reflejo de supervivencia corrió a la tina de agua, de ahí las marcas chamuscadas del cerrojo del baño. Esto le dejo algunas quemaduras leves en la cara, unas un poco más graves en el torso y profundas quemaduras en los brazos y manos, a tal punto que le borraron las huellas digitales. Después tomo unas medicinas que tenia al alcance intentando provocarse una sobredosis, eso explicaba los varios químicos tranquilizantes encontrados en su cuerpo. Finalmente, mientras esperaba que surtieran efecto fue a su balcón. Una vez ahí se impaciento por la espera y se arrojo directamente al piso para terminar con todo. Desafortunadamente cayó de cara contra el cemento, lo que provocó el desfiguramiento de su rostro. Así murió Javier García.

Su hermano gemelo Jorge recibió su mensaje explicándole sus intenciones y corrió a ayudarle para evitar esta trágica situación, fue tan rápida su acción que al llegar se choco con el auto de Javier, lo que explicaba unas magulladuras en su cara y una leve deformación dental. Cuando llegó, debido al poco tránsito de gente por esa zona y a la hora estratégica de menor congestión en general, fue el único testigo del suicidio de este.

Javier se había echo una cirugía dental dos día antes del suceso. El día anterior a este había comprado varias herramientas de una ferretería cercana, un poco de kerosene y unos cuantos gramos de Valium. El día del incidente concertó un almuerzo para el medio día con su hermano Jorge, hasta mientras se dio un largo baño en la tina. Necesitaba relajarse.

Salí del comando policial muy incomodo y con muchos pensamientos en la cabeza. Tenía que ir a un cirujano dental, recoger y reparar mi nuevo coche y sobre todo acostumbrarme a la falta de mi hermano. Sí, mi hermano había tenido que morir, pero definitivamente valdría la pena, este cambio de nombre es todo lo que necesitaba.